martes, 17 de mayo de 2011

Niño como sujeto de derecho

por: lizeth judith choconta solano

¿Quiénes son sujetos de derechos?, tenemos que tener en cuenta que todas las personas son sujetos de sus propios derechos, bajo el principio “desde que se nace se es persona”; con lo cual se deberían adquirir la protección, la no vulneración y el eficaz cumplimiento de los mismos y sobre todo con efecto erga omnes.

Ser sujeto de derechos nos lleva a hacer de cada niño “un ser maduro, abierto al mundo y consciente de su entorno”, en donde se trata de situar sus derechos no en oposición o conflicto con los derechos de los adultos, sino como parte integradora de los mismos.

Queremos que se recuerde y reconozca indudablemente al niño, en especial el niño discapacitado como un sujeto que puede gozar de manera permanente de todos sus derechos, es decir, que su personalidad y derechos no se convierte en un objetivo por conquistar.

El reconocimiento de ser sujetos de derechos a los niños discapacitados ha sido muy lento gracias a que la sociedad no ha tomado conciencia de la relevancia e importancia que tiene la niñez discapacitada; ya que Al ser el niño tratado como un incapaz y solamente ser considerado como portador del derecho al cuidado y al de la libertad, el niño no podría realizar los demás derechos emanados de los mismos con los cuales el adulto goza plenamente. El niño debe ser considerado en plenitud tal como está concebido en la constitución, es decir, considerado como un ser en condiciones de igualdad con los adultos en cuanto a su titularidad, denotando que son interlocutores como personas y como titulares y no “seres dependientes que al enajenar su libertad, enajenan también su calidad de personas” (Ortiz, 2006, p. 29).

Frente al ejercicio de sus derechos, se siguen considerando a los niños y niñas no titulares de derechos, porque no poseen totalmente la capacidad para ejercerlos o tienen ese ejercicio limitado frente a su estado de desarrollo, debido a no tener una conciencia moral plena para aceptar sus derechos y al mismo tiempo autonomía y facultad para ejecutarlos.

La titularidad, el ejercicio y la reivindicación, son la etapas por la cuales los niños consolidan sus derechos y los vuelven autónomos frente a los adulto; dependiendo de su desarrollo la carencia de autonomía se ve reflejada en el precario aprovechamiento de todos los recursos a su alrededor.

El niño debe hacer uso de su interacción para encontrar su autonomía y su dependencia consigo mismo y no como opresión del adulto. Esta dependencia se ve reflejada en la capacidad de ser personas libres e iguales ante su titularidad.

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